Luego de llevar más de un año con el temor de contagios, con las pérdidas de seres queridos, con los problemas financieros y con las dificultades laborales, el mundo entero está presentando el llamado “burnout”, que básicamente es cuando el cuerpo y la mente ya no pueden soportar más estrés.
El término burnout fue acuñado en 1974 por Herbert Freudenberger en su libro, Burnout: The High Cost of High Achievement . Definió el agotamiento como “la extinción de la motivación o el incentivo, especialmente cuando la devoción a una causa o relación no produce los resultados deseados
La teoría de Freudenberger se aplicó posteriormente al estrés laboral y al sobre-compromiso exigido a los empleados. Sin embargo, hay lecciones que podemos aprovechar y que se aplican a lo que estamos experimentando ahora; particularmente al reconocer el agotamiento relacionado con la pandemia y las estrategias para mitigar su impacto a largo plazo.
¿Cómo identificar el “burnout”?
Aunque existen muchos síntomas de mayor gravedad física y emocional, los principales y más comunes son:
- Agotamiento
- Irritabilidad
- Interrupción del sueño
- Dolores de cabeza o problemas intestinales
- Ansiedad
Igualmente, podemos identificar tres tipos de agotamiento, con diferente gravedad y causas, que una persona puede experimentar.
Frenético: El agotamiento frenético ocurre cuando alguien canaliza demasiada energía hacia su trabajo o lugar de trabajo. Esto genera ansiedad y la sensación de que las recompensas por hacer las cosas bien no están en proporción con la cantidad de tiempo y esfuerzo que dedican a su función.
Subestimado: Sucede cuando las personas se sienten atrapadas en un trabajo monótono o en un entorno de trabajo poco estimulante. Debido a la poca satisfacción laboral, se experimenta una decadencia en el estado de ánimo y una mayor irritabilidad.
Desgastado: Se produce cuando una persona se da por vencida después de experimentar un ambiente de trabajo que es constantemente una fuente de estrés alto e intenso, o bien, uno que rinde recompensas o reconocimiento mínimos comparados con el esfuerzo y dedicación empleada.
Existen también ciertos contextos que derivan en ese punto de agotamiento excesivo, donde uno de ellos es la falta de control en nuestro desempeño laboral. Cuando alguien está en su lugar de trabajo y no tiene control sobre elementos como su horario, asignación, los recursos que necesita o la carga de trabajo, esto podría llevar al agotamiento. Tener flexibilidad en el lugar de trabajo es clave para evitar el agotamiento en el trabajo.
Otra causa a la que hay que estar atento es que no hay expectativas o responsabilidades laborales claras. No tener una idea de lo que un supervisor o compañeros de trabajo esperan de uno, puede causar sentimientos de confusión o incomodidad en el trabajo, lo que puede hacer que alguien se sienta agotado en el trabajo.
¿Cómo combatir el agotamiento laboral?
Cuando una persona experimenta cualquiera de los signos de agotamiento anteriores, puede haber consecuencias graves que conduzcan a problemas de salud física y mental. Si los signos se ignoran o no se tratan durante demasiado tiempo, pueden tener efectos perjudiciales y problemas de salud a largo plazo. Es por eso que es de suma importancia no pasar por alto los principales síntomas, sobre todo si gente de nuestro entorno nota también estos cambios.
Uno de los principales consejos es dejarse ayudar por familiares o amigos. Cuando sientas una cantidad abrumadora de estrés y no estés seguro de cómo puedes volver a encarrilar tu vida, considera pedir ayuda a otras personas cercanas. Ya sea que se trate de una pareja, un padre, un familiar o un amigo, ser sincero sobre cómo te sientes es un punto de partida ideal.
De igual manera debes replantearte cómo ves tu trabajo, sobre todo si te sientes atrapado en un entorno monótono o en uno que está operando continuamente a alta intensidad. Si bien no siempre es posible renunciar y buscar una nueva carrera, existen profesionales como los coaches de carrera que te pueden ayudar a planear tu futuro laboral y conducirte al lugar que realmente deseas estar.
Intenta también el revaluar tus prioridades. Por lo general, la sensación de agotamiento se debe a que algo en tu vida está desequilibrado o no funciona, lo que significa que es hora de restablecer las prioridades.