Me liquidaron y, aprovechando eso y el buen tino del equipo de ventas, decidí comprar la membresía para estar preparada. Tomé el coaching; pero, por asuntos personales, suspendí la búsqueda de empleo. Un año después, reanudé el proceso y dejé que fuera avanzando. A los tres meses recibí una llamada de mi coordinadora para decirme que tenía una vacante que me interesó. Después de dos semanas y de cinco entrevistas, ya tengo el trabajo.
¡Muchas gracias, HR Consultant, por no rendirse en el proceso!